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Pollo Marsala con setas y tomatitos para mamá…
Nada mejor para mamá en su día que una receta de la cocina italiana, adaptada a nuestra cocina estadounidense, Pollo Marsala, para chuparse los dedos!!!
Escrito el 11 May 2019
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Hace tiempo que veo por la red estadounidense un plato recurrente, el Pollo Marsala, y ya tenía ganas de probarlo y que mejor ocasión que este Día de las Madres. Al parecer es una receta italo-americana que gusta mucho por sus reminiscencias a la gastronomía de Italia, demostrando que no todo va a ser pizza y pasta. Ciertamente es un plato muy fácil y sabrosísimo, que además admite muchas variantes para disfrute de nuestras madres y el resto de invitados.
El marsala es un vino enriquecido originario de la ciudad del mismo nombre, en Sicilia. En su versión seca es ideal para guisar, pero si no lo encontráis podéis sustituirlo por un buen tinto con algo de Jerez o brandy. La idea esencial es emborrachar bien al pollo con una salsa repleta de setas variadas, para mojar mucho pan.
Ingredientes para 4 personas
(según el número de invitados, puede aumentar los ingredientes proporcionalmente)

Dificultad: Fácil
Tiempo total: 1 h
Elaboración: 10 m
Cocción: 50 m
Secar el pollo con papel de cocina, retirar un poco el exceso de grasa y restos de plumas. Yo prefiero dejar algo de piel en los muslos y retirarla por completo de los contramuslos, más grasos, pero va al gusto. Salpimentar y dorar a fuego vivo en una cazuela o sartén amplia con un chorrito de aceite, por ambas caras. Retirar y reservar.
Lavar bien los champiñones, las setas y los tomatitos. Cortar los primeros por la mitad o en cuartos, dependiendo del tamaño. Si las setas son pequeñas, dejar enteras, o picarlas un poco. Yo he combinado aquí los champiñones con setas en conserva porque no tenía más variedad fresca a mano, así que tocó escurrirlas muy bien. Picar el diente de ajo muy fino.
En la misma cazuela que se ha dorado el pollo, saltear las setas con alegría y una pizca de sal. Dejar que se doren bien, pegándose ligeramente al fondo para que caramelicen. Cuando hayan cogido buen color, añadir el diente de ajo, un golpe de pimienta negra, un poco de tomillo y orégano.
Añadir el brandy y el vino, dejar que evapore el alcohol y bajar el fuego. Desleír la maizena en un par de cucharadas de agua fría y agregar al guiso, removiendo bien. Cocinar a fuego suave unos 10 minutos. Incorporar más caldo o agua si fuera necesario.
Devolver el pollo, mezclando bien con la salsa, añadir más tomillo y orégano y tapar. Cocinar unos 15-20 minutos, hasta que el pollo esté casi listo, removiendo de vez en cuando y controlando el nivel de líquido. Finalmente añadir los tomatitos y cocer unos 5-10 minutos más.
Si la salsa queda muy fuerte para nuestro gusto, podemos rebajarla con un chorrito de nata líquida de cocina. Ajustar el punto de las hierbas y servir con perejil fresco picado. También podemos dejar que los tomates queden más enteros o más deshechos, según nos guste.
Con qué acompañar el Pollo Marsala
Este plato de Pollo Marsala con setas y tomatitos puede ser perfectamente una comida completa sin más, con buen pan al lado para mojar sin miedo, quizá con una ensalada ligera de primero. Si queremos convertirlo en un menú más contundente podemos añadir puré de patatas o arroz a modo de guarnición y sobre todo mucho amor para mamá...
El marsala es un vino enriquecido originario de la ciudad del mismo nombre, en Sicilia. En su versión seca es ideal para guisar, pero si no lo encontráis podéis sustituirlo por un buen tinto con algo de Jerez o brandy. La idea esencial es emborrachar bien al pollo con una salsa repleta de setas variadas, para mojar mucho pan.
Ingredientes para 4 personas
(según el número de invitados, puede aumentar los ingredientes proporcionalmente)
- 2 Contramuslos de pollo
2 Muslos de pollo
8 Champiñones medianos
150 g de Setas en conserva variadas
1 Diente de ajo
200 ml Vino Marsala seco (o sustituto similar, o vino tinto de calidad)
25 ml de Brandy
5 g de Maizena
Caldo de verduras o agua (cantidad necesaria)
8 Tomates cherry o tomatitos (aproximadamente)
Tomillo seco
Orégano seco
Pimienta negra molida
Sal
Aceite de oliva virgen extra
Perejil

Dificultad: Fácil
Tiempo total: 1 h
Elaboración: 10 m
Cocción: 50 m
Secar el pollo con papel de cocina, retirar un poco el exceso de grasa y restos de plumas. Yo prefiero dejar algo de piel en los muslos y retirarla por completo de los contramuslos, más grasos, pero va al gusto. Salpimentar y dorar a fuego vivo en una cazuela o sartén amplia con un chorrito de aceite, por ambas caras. Retirar y reservar.
Lavar bien los champiñones, las setas y los tomatitos. Cortar los primeros por la mitad o en cuartos, dependiendo del tamaño. Si las setas son pequeñas, dejar enteras, o picarlas un poco. Yo he combinado aquí los champiñones con setas en conserva porque no tenía más variedad fresca a mano, así que tocó escurrirlas muy bien. Picar el diente de ajo muy fino.
En la misma cazuela que se ha dorado el pollo, saltear las setas con alegría y una pizca de sal. Dejar que se doren bien, pegándose ligeramente al fondo para que caramelicen. Cuando hayan cogido buen color, añadir el diente de ajo, un golpe de pimienta negra, un poco de tomillo y orégano.
Añadir el brandy y el vino, dejar que evapore el alcohol y bajar el fuego. Desleír la maizena en un par de cucharadas de agua fría y agregar al guiso, removiendo bien. Cocinar a fuego suave unos 10 minutos. Incorporar más caldo o agua si fuera necesario.
Devolver el pollo, mezclando bien con la salsa, añadir más tomillo y orégano y tapar. Cocinar unos 15-20 minutos, hasta que el pollo esté casi listo, removiendo de vez en cuando y controlando el nivel de líquido. Finalmente añadir los tomatitos y cocer unos 5-10 minutos más.
Si la salsa queda muy fuerte para nuestro gusto, podemos rebajarla con un chorrito de nata líquida de cocina. Ajustar el punto de las hierbas y servir con perejil fresco picado. También podemos dejar que los tomates queden más enteros o más deshechos, según nos guste.
Con qué acompañar el Pollo Marsala
Este plato de Pollo Marsala con setas y tomatitos puede ser perfectamente una comida completa sin más, con buen pan al lado para mojar sin miedo, quizá con una ensalada ligera de primero. Si queremos convertirlo en un menú más contundente podemos añadir puré de patatas o arroz a modo de guarnición y sobre todo mucho amor para mamá...
Pepa Villanueva
Directo al Paladar
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